En noviembre iniciamos el periodo de observaciones para los papás y las mamás de Comunidad Infantil y Casa de los Niños, dentro del ambiente de su(s) hijo(s); no es una clase muestra, sino la oportunidad de conocer un poco más sobre el espacio donde los niños trabajan y se construyen, cada mañana.
La observación es la herramienta fundamental en la educación; solo a través de ella podemos conocer al niño: sus necesidades, sus intereses, lo que lo cautiva, lo que lo reta, lo que le incomoda, qué lo hace sentirse exitoso y en qué punto se frustra. La observación nos muestra la periferia del niño, aquella con la que podemos trabajar que, si bien es suficiente para guiarlo y darle solo las ayudas necesarias, nos limita para no transgredir su esencia.
Para quienes laboramos como docentes con los niños, la observación es el punto de partida y el punto de llegada; es el verdadero instrumento de evaluación para saber en dónde se encuentra el niño y revisar si, como adultos a cargo, vamos por buen camino o hay que reconsiderar alguna estrategia, mientras que, en nuestro deber y compromiso como papás y mamás, la observación es la primera confrontación para aceptar la unicidad de los hijos: su individualidad, con sus propias fortalezas y áreas de oportunidad que pueden competir con nuestras expectativas, nuestras ideas preconcebidas, nuestros prejuicios… con el espejo de lo que quisiéramos cristalizar en nosotros mismos.
No se puede amar lo que no se conoce, a quien no se conoce. La observación nos permite conocer al otro, a ese niño –tal y como es–.
Dentro del entrenamiento como Guía Montessori se nos enseña la forma adecuada de observar, y se realizan muchas prácticas a lo largo del mismo para que, una vez frente a grupo, se ejercite naturalmente.
A los Guías, Asistentes y Maestros de inglés, la observación les permite tener una especie de radiografía de sus alumnos en donde pueden distinguir sus particularidades e incluso su estado anímico pero, sobretodo, les indica en qué punto están de su aprendizaje y desarrollo de habilidades, con el fin de ofrecerles retos que los desafíen con posibilidad de éxito.
La observación nos sirve a todos los adultos para saber cuándo intervenir y cuándo no hacerlo, permitiendo que el niño complete sus propios logros y la satisfacción de hacerlo, así como para que desarrolle habilidades emocionales y sociales que le generen confianza en sí mismo, autoestima y soluciones asertivas ante situaciones difíciles.
Algunos diccionarios definen el término de observar, de la siguiente manera:
- Mirar algo o alguien con mucha atención y detenimiento para adquirir algún conocimiento sobre su comportamiento o sus características.
- Mirar con disimulo o con cautela de no ser descubierto.
- Examinar atentamente.
- Mirar con atención y examinar los detalles o la conducta de algo o alguien.
- Acto de mantener la atención puesta en un determinado objeto o fenómeno, cuyo acto está ligado al sentido de la vista, pero por extensión o analogía, puede emplearse en determinados contextos como “percepción”.
- Contemplar, mirar, examinar, estudiar, analizar, curiosear, percibir, acechar, advertir, notar, obedecer, cumplir, acatar, respetar, guardar.
El acto de observar puede parecer muy sencillo, sin embargo es una habilidad que requiere ejercitarse para desarrollarla.
“La cualidad fundamental es la de saber observar, cualidad importantísima como lo prueba el hecho de que las ciencias positivas se han llamado ciencias de la observación, denominación que se ha convertido en la de ciencias experimentales para aquellas que a la observación pueden añadir el experimento. Es evidente que, para observar no basta tener sentidos, ni tener un conocimiento; observar es una actitud que necesita desarrollarse con el ejercicio.”
La autoeducación en la escuela elemental, María Montessori.
Pero, ¿cómo iniciar este ejercicio? Pues bien, el periodo de observaciones dentro de los ambientes Montessori es una gran oportunidad… En ellos podrán poner en práctica cualidades necesarias como la atención, la paciencia, la discreción, el autocontrol y la empatía, haciendo un esfuerzo para no traer consigo ideas preconcebidas, prejuicios ni expectativas, que puedan nublar su auténtica mirada para reconocer los milagros que se gestan cada día.
La observación es útil para todas las edades y en todo momento, y en la escuela la llevamos a cabo en los niveles de Comunidad Infantil y Casa de los Niños que, por la dinámica, fluyen mejor ya que, los alumnos de Taller ya no se sienten tan cómodos con la observación directa de sus papás y mamás, sin embargo, es en la invitación que haremos más adelante para que vengan a trabajar con ellos, que podrán observar –indirectamente– cómo siguen desarrollándose.
Recuerden que tendremos una plática sobre observación el próximo lunes 6 de noviembre, a las 8:30 de la mañana, en el auditorio de la escuela, indispensable para las familias de nuevo ingreso, y opcional para el resto de la comunidad.