La función primordial de un médico es restablecer la salud, o sea, CURAR. Pero, afortunadamente, la de un médico pediatra es asistir en la vida de todo ser humano desde antes de nacer, dando consejos a la mamá de qué hacer para contribuir a un mejor embarazo SIN exponer a su hijo a lo que pudiera afectarlo en su desarrollo intrauterino. Su labor inicia ahí, y terminará hasta la culminación de la adolescencia, y en preparación para su vida adulta.
Después puede acudir a recibirlo para que pueda superar adecuadamente la crisis del nacimiento, favoreciendo la expansión pulmonar, así como la circulación neonatal y oxigenación que le permitirán el mejor neurodesarrollo en la vida que inicia fuera de mamá. Esto le permitirá sentar las bases biológicas para su vida futura. Mamá recibirá las indicaciones médicas para satisfacer las tres necesidades primordiales de todo recién nacido: alimentación, sueño y afecto; y la orientará en la mejor forma de amamantarlo para que cumpla sus metas biológicas adecuadamente.
En el primer año de vida la ayudará a valorar su desarrollo psicomotor, a alimentarlo en forma adecuada, le informará sobre qué vacunas son las básicas para protegerlo de enfermedades infecciosas, y que pudieran dañarlo permanentemente; cuáles no son necesarias y el por qué introducir a su tiempo los mejores alimentos en algo que se conoce como ablactación; la orientará en cómo estimularlo a nivel psicomotriz y, si llegase a enfermar, actuará eficazmente para reintegrarle la salud y evitarle complicaciones.
En su etapa preescolar contribuirá a su mejor desarrollo físico y mental, lo preparará para el mejor inicio de su vida escolar, seguirá supervisando su desarrollo psicomotriz, evitará mala alimentación que pudiera llevarlo a desnutrición u obesidad.
En la etapa escolar supervisará los juegos y deportes más correctos, seguirá vigilando su crecimiento físico y mental, aplicará los refuerzos necesarios de vacunas, dará nociones de puericultura que contribuirán a ir introduciendo poco a poco orden y disciplina con buenos hábitos, que reestructuren su personalidad para que, al llegar a la adolescencia, no reine el caos.
En la adolescencia dará consejos correctos que eviten abuso escolar, drogadicción, malos hábitos, trastornos de atención o problemas escolares. Ayudará a evitar lesiones orgánicas que traerían consecuencias de por vida y la instalación de enfermedades crónicas. Seguirá vigilando el correcto desarrollo físico, prevendrá talla baja o pubertad precoz, evitará mala alimentación y trastornos alimentarios.
Durante todas estas etapas, el pediatra ayudará al crecimiento y desarrollo de este nuevo ser que debe integrarse al mundo en las mejores condiciones biológicas y emocionales.
DR. MANUEL EDUARDO JAIME CALDERÓN (papá de exalumnas de MdlC)
MÉDICO PEDIATRA y MEDICO HOMEÓPATA Presidente Masaryk 134-201, Col. Polanco
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