Todos tenemos dos funciones primarias: nuestra tarea de subsistencia y trascendencia –nacer, crecer, reproducirnos y morir–, y nuestra tarea en correlación con el TODO.
Comencemos recordando qué es la educación cósmica…
“Este plan de educación cósmica, piedra fundamental del Método Avanzado, se expuso por primera vez en Inglaterra, en 1935, y demostró ser el único camino posible para proseguir con paso firme las investigaciones en materia educativa…
Una gran idea central inspiradora: el Plan Cósmico, en el cual todos, consciente o inconscientemente, están al servicio del gran Propósito de la Vida”.
María Montessori –La educación de las potencialidades humanas–.
Este acercamiento, propuesto para los niños del segundo plano de desarrollo (de 6 a 12 años), tiene como objetivo satisfacer el apetito de una mente razonadora e imaginativa que no se conforma con la información que le brindan sus sentidos físicos, por lo que ofrece una visión que interconecta todas las áreas del conocimiento como un todo, que es el universo, el cosmos mismo, de donde el niño forma parte y en donde tiene una tarea específica.
A través de las cinco grandes lecciones –que año con año reciben los alumnos de Taller– y, de la cada vez mayor, capacidad de abstracción, el niño va comprendiendo la importancia que todos y cada uno de los seres (vivos e inertes, actuales y extintos, cercanos y lejanos) tenemos, la interconexión y la interdependencia que nos une y, por lo tanto, el sentido de importancia, propósito y responsabilidad de nuestra propia existencia.
Las cinco grandes lecciones, que van de lo general a lo particular, son:
1. El dios sin manos, que a pesar del título no se relaciona con la religión, sino que es una metáfora para explicar la teoría del big-bang.
2. La línea de la vida, para explorar cómo surge ésta en nuestro planeta.
3. La línea del hombre, en donde se presenta la evolución de los seres vivos y la aparición del homo sapiens-sapiens.
4. La historia de la escritura, para regresar a la aparición de las primeras expresiones escritas de la humanidad, y en donde nace el concepto de “historia”.
5. La historia de los números, que lleva al conocimiento de los primeros números y a la llave que abre otros conocimientos.
*Actualmente se está proponiendo que “el gran río”, forme parte como una sexta gran lección, que podemos explicar como un viaje por el cuerpo humano para visualizar a esta máquina tan perfecta.
Estas lecciones abren todas las posibilidades del conocimiento, pero también, la toma de conciencia de la interdependencia y el sentido de la gratitud que surge a partir de esa conciencia.
Nuestra tarea o misión cósmica es justo la respuesta al llamado de esa conciencia para trabajar tanto para nuestro propio beneficio como para el servicio de los demás. Artículo
“En la naturaleza, cada uno cumple con exactitud y constancia con su tarea, obedeciendo sus instintos naturales, como la polinización de las abejas que les permite alimentarse, al mismo tiempo que hace posible la proliferación de plantas.
La misión de la humanidad, en general, es crear la supranaturaleza, a partir de lo que la propia naturaleza brinda. De esta manera, mejoramos y facilitamos nuestra existencia y satisfacemos nuestras necesidades físicas (vivienda, vestido, transporte, alimentación, protección) y espirituales (sistema de creencias, expresiones culturales, búsqueda de la belleza).
Hombres y mujeres han demostrado una gran capacidad de adaptación al conquistar todos los territorios, hasta con las condiciones físicas más adversas, apoyados por tendencias humanas y fortaleciéndose con la vida en grupo.
Pero cada ser humano es diferente, por lo que cada uno de nosotros tenemos nuestra propia tarea cósmica, según las capacidades e intereses que hemos desarrollado.”
Adela Vizcaíno, Psicóloga.
Nuestra tarea cósmica nos recuerda el sentido de pertenencia con todo y con todos y, por lo tanto, la responsabilidad de nuestros pensamientos, nuestros actos y nuestras emociones; nos invita a apreciar y a agradecer el trabajo de todos los seres que han hecho posible nuestra existencia y la supranaturaleza en la que vivimos.
La misión cósmica de cada quien puede estar encaminada de distinta forma, sin embargo, sigue estando relacionada con la de los demás.
Los niños pueden sensibilizarse y entender esto a través de la educación cósmica, y lo seguirán trabajando y madurando durante su adolescencia y adultez, lo cual nos lleva a nosotros, como adultos a cargo, a revisar cuál es nuestra tarea cósmica, a trabajar para ser la mejor versión de nosotros mismos, y a ser parte de un mundo que contribuya armónicamente y en paz, para el beneficio de todo y de todos.