En Montessori de la Condesa nos estamos capacitando para acompañar a los niños en el desarrollo de sus habilidades de pensamiento, a través de la Filosofía para Niños (de ahora en adelante FpN).
En el programa de radio del pasado 18 de abril, tocamos este tema con Karina Gutiérrez –capacitadora de FpN–, Ilán Lobatón –filósofo, psicoterapeuta y papá de la escuela–, María Richaud –historiadora y maestra de inglés de Casa de los Niños Oasis–, y dos alumnas de Taller II Fénix: Emma Suárez y Ximena Calderón, de donde les comparto algunas de las ideas que se tocaron, parafraseándolas, para relacionarlas, después, con nuestros ambientes Montessori.
El origen histórico de lo que llamamos filosofía se da con el intercambio comercial y cultural, al sur de Grecia, en el archipiélago jónico. En estos viajes y traslados, una serie de personajes geniales comenzaron a tener diálogos en los que buscaban explicaciones no dogmáticas, fruto del capricho y el azar de lo que sucedía en la naturaleza y la realidad que vivían; intercambiando preguntas y argumentos, intentaban comprender y predecir el mundo, y encontrar respuesta a la manera correcta de vivir. La filosofía, entendida así, es más que “amor a la sabiduría”, se trata de dominar un saber, de buscar las razones a través de ese saber, y por ello al principio no había distinción entre filosofía y otras disciplinas científicas; ésta abarcaba todas las ciencias. El programa de FpN recupera esta convicción filosófica de que el conocimiento se construye en comunidad, a través del diálogo.
La propuesta de la FpN surge a finales de los 60’s y principios de los 70’s, con las aportaciones de Matthew Lipman y Ann Sharp, y se ha enriquecido con quienes se han acercado al programa. Sus objetivos son el desarrollo de habilidades de pensamiento –dimensión crítica, creativa y ética–, la exploración de valores entre pares y entender en qué están sustentados, y la construcción de conceptos, de acuerdo a la propia experiencia de vida, por lo que cobran sentido.
Como macroaprendizaje, la FpN busca trascender a un proyecto de vida para conectar con los elementos de filosofía (curiosidad, asombro, preguntas), para generar la búsqueda del sentido y crear conceptos en la vida diaria.
Se busca el aprender a pensar por cuenta propia para interpretar la realidad, vivir en ella y construirse a través de su autonomía, con proyectos de vida, experimentando plenitud y felicidad. Se trata de utilizar las habilidades del pensamiento para mejorar la manera de discernir, de vivir, de relacionarse, de cuidarse, de cuidar al otro, de cuidar al planeta.
El programa tiene como propósito el desarrollo del pensamiento multidimensional, a través de desarrollar diferentes habilidades de razonamiento, las cuales se gestan en las comunidades de diálogo, utilizando como metodología la mayéutica socrática. Las comunidades de diálogo filosófico facilitan la comunicación entre las niñas y los niños, lo que les permite explorar su realidad y construir conceptos desde su propia voz, utilizando preguntas que los hagan pensar. Al hacer esto, las niñas y niños adoptan una actitud reflexiva que los lleva a ordenar sus ideas. Durante el diálogo, el facilitador promueve la indagación haciendo preguntas específicas para hacerlos pensar, y con ello promueve el desarrollo de las diferentes habilidades, como: la escucha activa, la posibilidad de poner el ego en perspectiva (no solo yo tengo la razón), la posibilidad de fundamentar (dimensión crítica), dar ejemplos y contraejemplos, inferir (por lo tanto…), y encontrar preposiciones subyacentes (lo que ya hay ahí, se afirma que…).
La FpN es una propuesta educativa de vida; es un proyecto social, ambiental y de cuidado en comunidad. Los temas vienen de los propios niños, quienes son capaces de hacerse preguntas de vida, de tocar temas difíciles aún para los adultos.
En la formación de FpN, las preguntas son detonantes, fomentan el diálogo, con principios cuidadosos y creativos: se respeta el turno, se hace notar cuando se repite un argumento, ofreciendo la posibilidad de modificar constantemente nuestro punto de vista, tanto por nuestras experiencias como por lo que otros comparten. La FpN va más allá de los contenidos, pues la forma es sumamente importante.
También se trabaja con actitudes filosóficas: preparar el terreno con actividades que lleven a los niños a otra actitud, haciendo conexiones con hipótesis de posibilidades, como las adivinanzas… hace que los niños piensen más allá de lo inmediato.
Aprender a pensar, a partir de la infancia, es importante porque se ramifica a las distintas partes de la vida: pensamiento matemático, subjetivo, de lenguaje… dando la facilidad para encontrar las respuestas a distintas problemáticas.
La filosofía es cotidiana y vigente, tanto en la vida personal como en los ámbitos profesionales. Primero, porque abarca la pregunta, personalísima, por la manera correcta de vivir y convivir y, segundo, porque se produce en cada diálogo que tiene por objetivo construir conocimiento, por ejemplo, es pertinente y actual en la discusión fundamental de todas las ciencias, en la pregunta: ¿qué está al alcance de nuestro conocimiento y cuál es la mejor manera de acceder a éste? Por lo tanto, no podrá ser sustituida por ninguna inteligencia artificial, ya que mientras haya vida humana, habrá cuestionamientos y habrá filosofía.
Montessori tiene dos grandes pilares: la metodología pedagógica y la filosofía que la sustenta; es una propuesta que une la parte humanista con la científica, en donde el niño es justamente el centro del aprendizaje, siendo él mismo quien lo construye y en donde el Guía es el facilitador que le permitirá ir construyendo sus propios conceptos a través de la experiencia.
La curiosidad, el asombro, y las preguntas, que son los elementos de la filosofía, son también la motivación para el aprendizaje dentro de los ambientes preparados, y es por ello que los materiales de desarrollo permiten que el niño trabaje con su propia experiencia para la creación de conceptos. En Montessori no hay verdades únicas e inamovibles, porque el conocimiento debe ser significante como resultado del entendimiento y, por lo tanto, es modificable. En Montessori sabemos que el conocimiento está al alcance de todos, pero no así el entendimiento y, por ello, de la mano con la FpN, es fundamental que los niños aprendan a pensar.
Hay que pensar en el futuro, en el tipo de persona en el que cada uno quiere construirse, y en el mundo que se quiere construir, buscando nuevas formas contextualizadas, reales, en donde el niño y el joven sean el centro del aprendizaje.
En Montessori de la Condesa, el personal docente se ha capacitado en el primer módulo de FpN, y deseamos continuar capacitándonos en los siguientes dos módulos para aplicar, junto con la filosofía Montessori, las herramientas que nos permitan seguir al niño, acompañarlo y ayudarlo no solo a hacer las cosas por sí mismo, sino a pensar por sí mismo, que es el objetivo final, de la educación elemental.
Hay que ser audacez y honestos para aprender de una manera diferente, donde se escuche la voz de los niños.