Aparición de los aztecas-mexicas en el Valle de México

Aztlán, lugar donde moraban los aztecas, era una isla en medio de una laguna situada al norte, eran tributarios de los señores de ese lugar, por lo que su dios les tenía reservado un lugar en donde alcanzarían fama; el sacerdote que los guió se llamaba Huitzitzilin. Eran herederos de la cultura teotihuacana y la tolteca. Teotihuacan (1-750 d. C.),” lugar donde se hacen los dioses”, fue la cultura que impregnó de religiosidad a los mexicas y les enseñó a rescatar los mitos primigenios, y los toltecas de Tula (900-1165 d. C.) les mostraron el vínculo con el hombre y el arte de la guerra. El dios Huitzilopochtli (dios solar y de la guerra) determinó la marcha en un año de su calendario 1-Pedernal, que corresponde al año 1111 d. C.

Provenientes del norte, de Aztlán, de donde surge su nombre aztecas, algunas familias de origen tolteca se quedaron en lugares como Chapultepec (Códice Xólotl), otros revitalizaron señoríos como el de Culhuacán, otros pasaron a Cholula. En el centro-norte moraban los llamados chichimecas, de idioma pame (bandas de recolectores y cazadores), también hay relatos de tribus nahuas en el  norte de lugares como Aztlán (lugar de las garzas) y Chicomoztoc (el sitio de las siete cuevas), que practicaban la agricultura y la fabricación de cerámica, iniciaron su peregrinación hacia el Valle de México en el siglo XII.

Las siete tribus nahuas, pobladoras de Chicomoztoc, aparecen en diversos códices con los nombres de tepanecas, acolhuas, chinampanecas (xochimilcas), chalcas, tlatepotzcas (que incluía a tlaxcaltecas, huexotzincas y otros), tlahuicas y los últimos, los mexicas. También las hordas chichimecas, que vivían como cazadores, con su jefe Xólotl, se acercaron a Tula en el 1244 para penetrar, años después, en el Valle de México. Existen tres códices elaborados más tarde en Tezcoco, y que llevan los nombres de Xólotl, Tlotzin y Quinatzin, así como los escritos de Fernando de Alva Ixtlilxochitl, que hablan de lo que pasó después. En la primera lámina del códice Xólotl aparece este caudillo, acompañado por su hijo Nopaltzin, en busca de lugares de asentamiento, que finalmente fue Tenayuca.

Hacia el último tercio del siglo XIII se consumó la entrada de algunas tribus nahuas, procedentes de Chicomoztoc, grupos de los chichimecas de Xólotl y descendientes de los antiguos toltecas. Estos grupos de inmigrantes se establecieron al norte, los tepanecas se fundieron con los antiguos habitantes de Azcapotzalco (mezcla de gente de origen teotihuacano, otomí y tolteca). Una rama de los chichimecas (oto-mazahuas) fijó su residencia en Xaltocán, los acolhuas por el rumbo oriente en Coatlichán; Nopaltzin, hijo y sucesor de Xólotl, se quedó en Tenayuca, casado con una princesa culhuacana de estirpe tolteca; las tribus chalca y xochimilca se asentaron en los lugares que llevan su nombre.

Al llegar a Huehueh Culhuacán ocurrió la muerte del sacerdote Huitzitzilin que los había guiado, su dios decidió entonces cambiarles del nombre de aztecas, que recordaba a sus antiguos dominadores, y los llamó mexicas, llegaron a las tierras de Michoacán, los que se quedaron en las riberas del lago Pátzcuaro fueron ancestros de los purépechas o tarascos. La marcha prosiguió y entraron por el rumbo de Toluca, cerca de Malinalco, en donde el dios decidió que abandonaran a la hechicera Malinalxochitl. Se dirigieron entonces a Coatepéc, por el rumbo a Tula, estuvieron en Atilalquián, Tlemaco, Apazco, Zumpango, Xaltocán, Ecatepec, Pantitlán y, por fin, Chapultepec, en posesión de los tepanecas de Azcapotzalco… esto, en 1280.

Posteriormente los tepanecas los obligaron a salir de ahí y a trasladarse a Culhuacán, antiguo centro de origen tolteca; el señor de ahí les permitió trasladarse a la zona pedregosa de Tizapán, al sur de la ciudad. Un nuevo designio de su dios, en 1323, les hizo pedir al señor de Culhuacán una doncella, hija de éste, para convertirla en la personificación de la diosa Yaocihuatl –“mujer guerrera”–, pero para disponerla en sacrificio, lo que destapó la ira del señor, y fueron expulsados del lugar. Tras pasar por Iztapalapa y otros sitios se adentraron en el lago y, en un año 2-Casa, 1325, encontraron el islote para fundar su ciudad México-Tenochtitlan, llamada ahora Tenochtitlan Cuauhtli Itlacuayan, “donde está el águila que devora la serpiente en el tunal sobre la piedra”, en el centro del lago de Texcoco.

Se menciona en varias crónicas, como la Crónica Mexicáyotl de Alvarado Tezozómoc, la de Chimalpahin, que el 13 de abril de 1325 (año 2-Calli) ocurrió un eclipse total de sol que comenzó a las 10:54 horas de la mañana, y que duró 4 minutos y 6 segundos. Para ellos este suceso fue importante e impactante. Les recordaba la lucha entre el sol y la luna; luz y oscuridad.

Así ocurrió el establecimiento definitivo de los mexicas en el lugar en donde iban a edificar la capital de su imperio. Sin embargo, la crisis y los enfrentamientos continuaron por cerca de un siglo más, configurando así la realidad política y cultural de la altiplanicie.

La fundación de Mexico-Tenochtitlan (Mexi, quien promovió la peregrinación, y Tenoch, quien juntó a la gente) puede tenerse como el modo de arranque de una última época en la trayectoria autónoma de Mesoamérica. Su ciudad fue ama y señora de las ciudades asentadas en el lago de Texcoco, y se extendió hacia ambos océanos y hacia Centroamérica, hasta Costa Rica y Panamá.

Basados en la cultura teotihuacana, dividen la ciudad en dos espacios: el sagrado y el profano; en cuatro cuadrantes, con sus barrios o calpulli, que son: el de Moyotlán, Teopán, Atzacualco y Cuepopan. A su vez, cuatro grandes calzadas van a salir del espacio sagrado del recinto o gran centro ceremonial de Tenochtitlan, orientadas hacia los rumbos del universo: la de Tepeyac al norte, la de Iztapalapa al sur, la de Tacuba al poniente y otra de menores dimensiones al oriente.

Así poblaron el lago de Texcoco y construyeron un imperio que floreció en los siglos XIV y XV.

El papel de los seguidores de Huitzilopochtli fue cada día más importante y decisivo, eran el pueblo designado, lo que les formó la férrea voluntad y confianpara erigirse como imperio de Mesoamérica, una de las seis culturas originarias de nuestro mundo, hasta el año 1521 cuando la caída de esta ciudad y su cultura sentenció a muerte, el desarrollo cultural autónomo de las sociedades indígenas en los cuatro rumbos del territorio mexicano

La primera tarea de la educación es agitar la vida, pero dejarla libre para que se desarrolle.